La previsión del Banco de España actual estima que la mitad de empresas españolas cierran el año con perdidas. Esto repercute de forma directa a las pymes así como, principalmente, las compañías hoteleras, la restauración, el ocio y el sector de fabricación de vehículos a motor.
El coronavirus ha destruido desde febrero la friolera de 77.000 empresas en España, de las cuales el 98% eran pymes. Todo apuntaba a que el cierre de año iba a ser catastrófico para aquellas empresas que no han sabido sobreponerse a la situación. En las últimas previsiones macroeconómicas del Banco de España, se preveía una caída del Producto Interior Bruto (PIB) este año de entre el 10,5% y el 12,6% para 2020. Sin embargo, las cifras empeoran según el último análisis adjudican que el 68% de las empresas en España presentarán déficits de liquidez a lo largo de 2020. Una estimación que llegará a los 230.000 millones de euros en deuda.
“La intensidad de la recuperación se vio afectada adversamente desde principios del mes de julio por los nuevos rebrotes de la enfermedad que se produjeron en nuestro país y, más recientemente, la intensificación del deterioro de la evolución epidemiológica en España y en la mayoría de los países de nuestro entorno (…) permite anticipar que la actividad económica en este tramo final del año y a comienzos de 2021 mostrará un menor dinamismo que el anticipado”, ha advertido Pablo Hernández de Cos, director de esta institución.
¿Cómo solventar esta situación?
La falta de liquidez les ha impulsado a utilizar la última vía, la financiación bancaria y a la emisión de deuda. Con un uso generalizado, se ha logrado que el saldo vivo de la deuda del sector corporativo aumente un 5% entre febrero y septiembre.
“La caída del volumen de negocio tiene un impacto negativo en los ingresos de las empresas, lo que reduce su capacidad de reembolso de las deudas contraídas. Además, las empresas que incurran en pérdidas verán reducido su capital, mientras que la cobertura de las necesidades de liquidez con nueva deuda conlleva un incremento de su endeudamiento. Como resultado de estas tendencias, las empresas acaban mostrando mayor debilidad en la composición de sus pasivos”, comenta De Cos que considerando que estos riesgos del sector empresarial seguirán siendo relevantes hasta que la pandemia esté controlada, sobre todo para las empresas más afectadas.
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